Beni Díaz
“No sé cómo decirlo más diplomáticamente… Eso es basura” decía esta semana el portavoz de la Comisión europea cuando desmentía la afirmación que el ministro Ignacio Wert había hecho al respecto del recorte de ayudas a las becas Erasmus. La orden no proviene de Bruselas. El portavoz declaró que “La afirmación de que el presupuesto de Erasmus se reducirá y que el número de estudiantes Erasmus se reducirá debido a los nuevos criterios de financiación es completamente errónea” puesto que el presupuesto para España subirá un 4,3% el próximo curso y hasta un 60% de ahí al 2020. Añadió que si se reduce el número de becarios será decisión de España. El ministerio tuvo que rectificar sus afirmaciones de inmediato, dando lugar a otra tomadura de pelo en la cara estupefacta del pueblo soberano.
Manifestaciones contra la implantación de la ley
Los hechos son que este ministro de educación puede que sea el peor valorado de la historia reciente. ¿Por qué?, se preguntarán los que no sepan la cantidad de mentiras que ha vertido el señor Wert sobre la educación. Se trata del ministro de los recortes, de la segregación entre niños y niñas en las aulas. El que hizo desaparecer las ayudas para libros y comedores. El que más obstáculos puso en el camino de las familias que querían educación superior para sus hijos subiendo la nota media en la selectividad y restringiendo las becas. El que, a pesar de que a nadie se le escapa que recorta para la austeridad y con miras a la privatización, siguió diciendo que “el gobierno actual es el que más dinero destina a becas de la historia de España”.
Shhhh, que luego tó se sabe
Este desmentido desde Europa viene a aclarar algo que ahora se conoce internacionalmente pero que todos sabíamos: el señor Ignacio Wert es un mentiroso. Las altas esferas internacionales lo han definido como define la actuación de Ana Botella en Madrid las toneladas de basura que se pudren en las calles. La gestión del Partido Popular en cuanto a instituciones públicas está poblada de corrupción y desperdicios que obstruyen la marcha de la sociedad. Tanto su oposición dogmática a la transparencia como su sed de poder, convierten todo lo que gestionan en una demostración de autoridad férrea y decisiones unilaterales, amparándose en el poder obtenido del engaño que se produjo en las urnas.
No somos los únicos a los que no les gusta Wert. Tampoco les gusta a los dirigentes regionales de su partido. Algunos incluso se enfrentan a él y a los recortes salvajes que propone. Nos preguntamos cómo han de estar las cosas para que sus propios compañeros ultraconservadores y liberales de un partido político se opongan a sus políticas.
El único que parece seguir apoyando al ministro es el presidente Rajoy, que le tapa por las noches con la mantita de cuadros si se queda dormido frente a la tele. El ministro se está ganando el pan, bien haciendo lo que le mandan con la tijera o bien sirviendo de parapeto para distraer la atención de los errores garrafales del Gobierno, así como de algún que otro escándalo mayúsculo.
Creemos que el ministro podría llenar las páginas de un libro con toda la gente que no le quiere: los estudiantes, los rectores, los actores, los músicos, la gente de la cultura en España… el libro tendría un volumen similar al de una antigua guía telefónica.
Hay una serie de televisión llamada “Todo el mundo odia a Chris”. Relata de un modo autobiográfico la juventud de Chris Rock, contando la historia de un niño negro y pobre que vive en la barriada del Bronx durante los años 80. La cuestión es que nadie le presta atención ni le ayuda frente a los problemas: sus padres le ignoran, sus hermanos le vapulean, le pegan en el colegio y las niñas se ríen de él. Al menos, si el ministro Wert fuera este niño negro del Bronx tendría gracia. Suponemos.
Publicado en lanoticiaimparcial y Observador.info
Periodista en Serie 