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Tras mantener en un cajón el borrador de la ley preparada en 2019, Podemos Cannábico liberó esta noche el documento base de su ley para la regulación integral del Cannabis.

El proyecto, que ha sido anunciado para su presentación en el Congreso el próximo mes de Octubre, quizá tenga algo que ver con estas líneas, mantenidas en secreto con celo. Todo parece indicar que se trata de un registro de peticiones históricas del movimiento cannábico, adecuado en ciertos puntos para su aceptación por un público mayoritario.

En su preámbulo, el texto aborda las cuestiones específicas de su fundación, argumentos de necesidad y beneficios para el pueblo, modelos internacionales y de regulación que han demostrado su eficacia en otras naciones. Justificaciones que hemos escuchado a muchos representantes de Podemos Cannábico en innumerables ocasiones, mientras pedíamos más información sobre sus propuestas.

La ley, “pretende fomentar un uso responsable y socialmente aceptado de la misma, tanto por los usuarios consumidores de la planta y de sus derivados como por parte de los profesionales que se dediquen a actividades relacionadas con esta. Ley establece en su Título Preliminar esa primera gran distinción”.

Podemos Cannábico, que firma el documento, avanza unas palabras muy importantes en este preámbulo de ley, ya que “se reconoce y proclama el uso libre por parte de los particulares y de las empresas siempre dentro de los límites que la misma Ley marca”. Así, la ley se desprendería de la prohibición para abrazar la libertad de uso de la planta.

El documento afirma que se establecerían categorías claras para diferenciar entre dos grandes grupos de uso. Por un lado, los particulares, autoconsumo o uso propio, entendiendo esto como “uso adulto”. Por otro, las personas que se dediquen a la explotación de la Cannabis como negocio. “Dentro de este segundo grupo, calificados de profesionales, se establece la distinción entre las finalidades recreativas y las medicinales”. En la conclusión del establecimiento de diferencias, se establece el uso comercial y los que tienen como finalidad la investigación científica y el estudio, como categorías especiales. 

Las líneas continúan explicando el contexto de legalización, el clima en los juzgados y la persecución judicial, asegurando que esta ley aclarará las situaciones confusas y los huecos en la ley actual. También reconoce la labor de las asociaciones y clubes de cannabis, “que han propiciado la reflexión profunda que han experimentado nuestros juristas y la propia sociedad. También la labor de transmisión de conocimientos que las asociaciones y las diversas agrupaciones de usuarios, muy destacadamente los que consumen con finalidad terapéutica”

Usos particulares

La ley prohíbe los usos a menores de edad e incapaces, salvo prescripción médica. En lo relativo al consumo en la vía pública, “El consumo de la planta o sus derivados en la vía pública o en recintos abiertos al público no será ya sancionable conforme a la Ley de Seguridad Ciudadana en los términos en que se ha producido hasta la actualidad, sin perjuicio de las prohibiciones generales al respecto de la inhalación y generación de humos en determinados lugares”, de acuerdo con la normativa antitabaco de 2005. “Ello implica que los particulares podrán portar y transportar las cantidades que la Ley establece como comprendidas dentro de los usos particulares en sus desplazamientos ordinarios”. Sin embargo, “se invierte la carga de la prueba, siendo la autoridad encargada de la seguridad la que debe valorar la situación de peligro y actuar razonadamente”.

El borrador advierte que las actividades que se realicen bajo la influencia de la Marihuana psicoactiva, no se encuentra amparada por la ley cuando sean las mismas sancionadas en otras normas. De esta forma, se prohíbe la conducción de vehículos a motor, tareas laborales con manejo de maquinaria o elementos pesados. “En el caso de las personas que consuman la planta o sus derivados por causas o motivos medicinales, serán las prescripciones facultativas las que determinen si el sujeto debe o puede o no realizar dichas actividades tras su consumo”.

Cultivo Profesional

El texto promueve el cultivo en exterior, por cuestiones ecológicas. “La actividad requerirá siempre la puesta en conocimiento previo de la Autoridad, pues uno de los elementos principales de esta Ley es la sujeción de los profesionales al régimen tributario especial que la misma diseña, lo que requiere el máximo control de la actividad en su totalidad, para evitar cualquier pérdida o defraudación desde el punto de vista tributario”.

La diferencia entre cultivo personal y cultivo profesional, se adjudica según criterios de medida del cultivo y producción. La plantación que esté establecida para no superar los tres mil seiscientos cincuenta gramos (3,650) de rendimiento neto. “En el exterior no superar los veinte metros cúbicos de fronda a término y la plantación en interior, además, no emplee potencias superiores a los 1.200 vatios lumínicos para su producción”. En cuanto a los derivados extraídos en forma de resinas, aceites u otros, 1000 gramos. Según lo escrito en el borrador, todo lo que se encuentre por encima de esas medidas, deberá ser comunicado al órgano regulador para la aplicación de la ley en lo referente al Cultivo Profesional.

La normativa establece que las personas que busquen dedicarse a esta actividad, deberán seguir a rajatabla el registro de actividades, etiquetado, normativas de seguridad, etcétera, que tendrán como finalidad informar a una entidad de nueva creación la “Agencia Estatal del Cannabis”, inventarios y registros pertinentes para profesionales.

La ley cuenta con un extenso capítulo dedicado a la regulación del cannabis terapéutico y de uso científico, los cuales estarían exentos de impuestos y recibirían ayudas como cualquier otro proyecto científico avalado por el Gobierno.

Impuestos

El documento contempla la aplicación de un tipo impositivo del 35%, denominado “Impuesto Especial sobre el Cannabis”, sobre los productos de venta al público, parte del cual sería revertido en estructuras para soportar la red de salud pública. El impuesto tendría efecto sobre todo el país, sin excepciones.

Los gravámenes incluirían cualquier uso no científico o médico, éstos últimos contarían con el correspondiente tipo impositivo aplicado en su mercado.

Opinión

Este primer vistazo al planteamiento de la ley de Cannabis, tan celosamente guardada por Podemos, confirma que se trata de una ley con gran ambición, realizada por personas del entorno del Cannabis, conocedoras de los entresijos y peticiones históricas del movimiento. Sobre el momento de lanzarlo, se trata de un movimiento poco discreto de traer a la palestra, eclipsando la propuesta de otros proyectos de legalización.

El mundo cannábico es, en ocasiones, una competición entre personas que buscan exactamente lo mismo, un lugar de cisma y de enfrentamiento, donde salen a relucir viejas rencillas y planteamientos amistosos, que deberían servir de unión y acaban sirviendo de pelea. Cuánto más avanzaríamos si en lugar de separarnos nos uniéramos.

Esta es una cuestión que no solo afecta al ámbito del activismo cannábico. También a la unión de la izquierda a nivel nacional, con todas esas pequeñas diferencias absurdas que separan a las personas que es obvio que deberían luchar juntas. ¿Por qué no abandonar las diferencias para unirnos en un frente común y responder de nuestros apoyos, en lugar de promocionar una guerra fratricida que solo concluirá con la victoria de los que quieren regular a medida para las grandes multinacionales que, no lo duden, se quedarán con el autocultivo y el sistema de clubes si tienen la más mínima oportunidad?

De nuevo en el borrador de ley, se debe reconocer que se trata de un gran esfuerzo, pues incluye casi todo lo que se puede mencionar en una ley a este respecto, con bastante detalle. Todo está expuesto ahí. Aunque, como nos comentaba Miguel Vila en aquella entrevista, se trata de una ley que ningún partido quiere llevar a cabo, por un tema de rentabilidad política. Asusta mucho al gobierno que se pueda tomar una decisión de este calado durante su mandato, entorpeciendo una posible reelección del PSOE en las próximas elecciones. Una soberana tontería, propia de cobardes que prefieren mantener a millones de personas en una zona gris o directamente ilegal, una apuesta por las mafias y el mercado ilícito que solo beneficia a aquellos que bucean en esos fangos.

La ley de regulación sobre el cannabis es precisa, hoy más que nunca. Se trata de la sustancia ilegal más consumida, las personas lo siguen tomando indiscriminadamente y la policía corrupta no da abasto para eliminar todo lo que incauta, sin tener en cuenta lo que se pierde casualmente por el camino. La ciudadanía tiene derecho a conocer y a usar sin sentirse criminal, señoras y señores legisladores. Esta de aquí es una propuesta coherente y matizada sobre unas cuestiones de sobra demostradas. ¿Cuál será su excusa ahora?

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