Beni Díaz//
¡Que suenen las trompetas!¡Abran las ventanas! ¡Frótense los ojos con sorprendido pasmo! ¡La crisis ha terminado! ¡Desmádrense!. La última moto que nos quiere vender el gobierno de Mariano Rajoy tiene el cuentakilómetros trucado y el depósito con agujeros. Eso por no hablar de los pinchazos en las ruedas y las bujías mohosas que le pusieron en el Partido Popular.
¿Es real la recuperación económica que el gobierno anuncia a bombo y platillo, casualmente en periodo electoral? La respuesta quizá pueda encontrarse si repasamos el origen de la crisis, con la ayuda de algunos documentos y hechos demostrables. Por ejemplo, el análisis de las problemáticas económicas que se realiza en el siempre destacable documental “Inside Job” (Charles Ferguson, 2011).
El filme analiza las consecuencias de la financialización de la economía, un proceso por el cual los procesos económicos dejan de regirse por una cantidad de dinero física y pasan a manejar ingentes magnitudes monetarias virtuales (realmente, no existen), lo que permite a las entidades de crédito jugar con mayores riesgos, endeudándose por encima de su propio capital. Este fenómeno ha sido abonado con desregulación por parte de los estados capitalistas, es decir, flexibilización de legislación, presión fiscal y retirada de investigaciones sobre marco legal, encubriendo en algunos casos fechorías criminales.
En el documental se explica la relación entre los bancos de inversión, la estafa de los bonos basura relacionados con las hipotecas suprime y la codicia de los pensamientos neoliberales de los grandes mandamases al frente de las corrientes de influencia, capaces de cambiar las dinámicas de naciones enteras. Comienza explicando el caso de la desregulación brutal que sufrió Islandia, uno de los primeros países en declararse incapaz de afrontar los pagos de los préstamos adquiridos por sus entidades bancarias. Un caso que, aún distante, guarda muchas similitudes con el caso español, aunque nuestro referente, como el de otras muchas naciones, es EEUU.
¿Cuál es el meollo de la cuestión? Los bancos de inversión, jugando con el dinero de sus clientes, se endeudaron a cotas nunca vistas, insólitas para una lógica mortal y ganaron dinero a espuertas. ¿El problema? Vivían de una burbuja tenue, delicada, que se hinchaba a base de hipotecas basura, productos de alto riesgo cuyo precio podía variar y caer en picado, haciendo perder miles de millones y dejar a los clientes en la absoluta miseria (solo a los clientes, los altos ejecutivos tenían su patrimonio asegurado con cláusulas llamadas “paracaídas dorado” en todos sus contratos laborales)
El resultado puede verse diariamente por televisión: naciones endeudadas, esclavas bajo el yugo de la Troika, en pos de unas políticas de austeridad que les permitan llevarse unos euros de dinero de la UE para tapar agujeros. Aquí, en España, ciudadanos ya amordazados por leyes que roban sus derechos, se ven silenciados a pesar de acabar con sus familias y enseres en la calle. Los bancos siguen llevando a cabo desahucios, a pesar de iniciativas legislativas populares, como la que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca llevó a buen puerto en su día. Nadie ha asumido responsabilidades. Los juicios a los culpables, nunca se celebraron. La nueva legislación que impediría un futuro de repetición de los acontecimientos, nunca fueron redactadas ni aprobadas por el gobierno del Partido Popular. Seguimos como siempre, incluso peor. La tan cacareada recuperación económica, no es más que un mantra que el partido de gobierno y nuestro presidente, repiten como un mantra que fuera capaz de obviar sus promesas gastadas, su falta de credibilidad, sus escándalos de corrupción y sus políticas de recorte de libertades.
Por otro lado, “Inside Job” es un documental para enterarse de una vez por todas, quién y por qué tiene la culpa de la crisis mundial. Y además es extrapolable a España. Todo un hallazgo.